Una gente muy, muy mayor

Al final de la estúpida manifestación de pijos del otro día (hey, Chesterton, ¿cómo va eso?), mis compañeros del Manifestómetro propusieron hacer otra cobertura el 20N. Y yo les disuadí. Primero porque la Falange da mal rollo y no tienen mucho sentido del humor; segundo porque son cuatro gatos y se nos iba a ver mucho: cinco tipos tirando fotos alrededor de cuatro gatos uniformados, cantan; y tercero, porque incluso nuestra modesta repercusión mediática (ejem) es más eco del que merecen. Así que lo dejamos.

Pero el domingo me levanté cachondo. Cachondo e idiota, porque en vez de hacer lo normal cuando te levantas cachondo, que es meterle mano a la preciosa chica con la que comparto lecho, la desperté y le propuse subirnos al Valle de los Caídos. Y ella tampoco se levantó muy inteligente, porque aceptó.

Según la web de la Falange había una romería o algo así a las once de la mañana desde El Escorial y unos discursos en la puerta de la Basílica a las 13h. Sólo nos daba tiempo a llegar a esto último y rabiando. En la verja que da paso a la carretera que sube hasta la Basílica de Santa María del Horror, había cuatro jeeps de la Guardia Civil que por primera vez me inspiraban más tranquilidad que miedo. Tras las verja, una larga caravana de coches que se iban sin esperar a los discursos. La mayoría eran de categoría: todoterrenos BMW y Mercedes, BMW serie 7, Opel de alta gama, Audi, Mazdas descapotables... Nivel. Y de muchos de ellos asomaban por las ventanillas traseras banderas de ésas, las de la gallina y la rojinegra de las JONS.

Ya aparcados, en el último tramo de escaleras de la explanada frente a la Basílica, hay dos chavales de unos 20 años con unas cajas que parecen contener pancartas, publicidad o algo así. Llevan el fondo de armario básico del buen flecha: pantalón y zapatos negros y camisa azul remangada hasta el codo, con el moderno y elegante toque de unos guantes negros tipo black-power. Por los corredores laterales puedo ver otros seis chavales similares. Deben ser la seguridad del evento. No tendrán mucho trabajo: aquí no hay más de 300 personas incluyendo algunos que ni siquiera está claro que hayan venido a esto expresamente. Y puedo contar unos diez guardias civiles más un par de coches que pasan por delante de cuando en cuando. Y más guardias en el parking.

En el escenario hay un señor muy, muy mayor dando un florido y cursilísimo discurso sobre qué son y qué representan la Falange y España. Un chico a su lado parece sujetarle el micrófono, aunque quizá el señor está apoyado contra él. Detrás hay un tipo también mayor con auténtica cara de mala leche. Es Diego Márquez, el Jefe Nacional de Falange. Es la hora de la primera foto, que me sale movida. Será el miedo.

01 - 2005-11-20 - Homenaje a José Antonio

Entre el público hay mucho treintañero y cuarentón pijo y con familia incluída, bastantes niñatos que parecen resacosos del botellón de ayer, algunos rapados con botas militares y chupas bomber, algunos niños pequeños y bastante gente con el uniforme. Yo llevo una camiseta, un jersey, una chaqueta de piel forrada, bufanda y guantes y estoy pelado de frío; estos sólo llevan la puñetera camisa azul remangada y semiabierta y parecen tan panchos. Me pregunto si aparte de estar bordada en rojo ayer no estará forrada de borreguito. Y desde luego, muchas banderas de ésas. Algunas visiblemente ajadas y descoloridas, como si hubiesen conocido el asedio del Alcázar.

02 - 2005-11-20 - Homenaje a José Antonio

El señor mayor se trabuca un par de veces y por fin acaba su redicha charla. Le sigue Diego Márquez que ni siquiera se ha preparado un discurso. Está improvisando y se ve que el frío le ha afectado porque tarda en hilar lo que quiere decir. Empieza pidiendo perdón "a los rojos", pronunciado con mucho desprecio, en nombre de sus familiares asesinados en Paracuellos: "perdón por ser españoles y honrados y por trabajar por Es-¡paña!", parafraseando. Don Diego, en nombre de los asesinados por los suyos por toda España durante la guerra, de los exiliados, de los represaliados, de los encarcelados, de los torturados y de los ejecutados durante 40 años, perdón concedido, hombre, faltaría más.

03 - 2005-11-20 - Homenaje a José Antonio

Después pasa al cesarvidalismo y dice que ya está bien de mitos, que El Escorial no lo construyeron los prisioneros republicanos porque "fijáos en esas piedras, en su tallaje, en la precisión con que está hecho. ¡Eso no pudo hacerlo gente sin formación! ¡Fueron los canteros, no los presos! ¡Los canteros!". Se me viene a la mente el episodio de "Los Simpsons" de "Los canteros". También se me vienen a la mente algunas fotos que vi hace años. También se me viene a la mente un grupo de canteros moviendo piedras y excavando la roca al paso alegre de la paz. También supongo que tampoco las pirámides de Egipto las hicieron los esclavos; con esa exactitud, hombre, en qué cabeza cabe... Tendría razón J. J. Benítez cuando dijo que fueron los ET's.

Damos una vuelta alrededor del escaso sarao que hay aquí y terminamos frente al escenario. Todo parece tan viejo, tan irreal que parecen recién sacados de "Amar en tiempos revueltos". El Sr. Márquez termina su discurso y empieza a entonar el "Cara al sol", inmediatamente seguido por todos los asistentes. Mi novia, que se ha puesto para la ocasión su abrigo de las S.S., acepta a regañadientes posar de esta guisa:

05 - 2005-11-20 - Homenaje a José Antonio

¿Verdad que es un cielo? Si es que me lo aguanta todo.

04 - 2005-11-20 - Homenaje a José Antonio

Echo el par de fotos y me acerco a ella. Canturreo el final del himno y me uno con ímpetu al grito de ¡España, una!, ¡España, grande!, ¡España, libre!. Y al de ¡José Antonio, presente! tres veces. Mi novia me mira con espanto. Pido perdón a la memoria de mi padre y sé que su legendaria cachondez mental me lo concederá. Con el cielo cubierto, el frío y este rollo tan viejo, todo parece muy gris, muy anciano, apolillado.

Se da por terminado el acto y la gente se larga inmediatamente. Los Jefes se quedan a repartir saludos a unos pocos fieles. Un tipo con una mochila nos ofrece lotería de Navidad "de la Falange de Galicia", creo. Otro nos la ofrece "de la Falanhe de Shevilla, quillho, que éh-ta eh la que toca". Puede que esta sea la mayor fiesta anual de la Falange de las JONS, el homenaje a su fundador... y están vendiendo lotería, como escolares para el viaje de fin de curso. Todo da mucha pena, parece el hundimiento de los Buendía.

Un chico de unos quince años pelados posa para una foto que le hace su madre. Lleva puesta la camisa azul pero más parece una chaquetilla de fontanero. Y la lleva encima de un jersey de lana y de una bufanda Burberry's. De desastre. Pero se pone muy marcial, muy firme y muy serio. Tras el clic, su madre sonríe y le acaricia orgullosa. Me imagino esa foto enmarcada en un mueble, junto a la de la primera comunión, la de las prácticas de tiro y otra pateándole la cabeza a un culé a la salida del Bernabéu. No, no, debo huir de los prejuicios.

Un padre me pide que le haga una foto con su familia en la escalinata. Él, su mujer y sus dos hijos de unos seis y ocho años, estos últimos sujetando una bandera con aguilucho. Nada, hombre, encantado.

Se nos acerca otro flecha uniformado y nos ofrece rosquillas con insistencia: "Venga, coged, que son caseras". Las hace otra facha que está con él y que tiene una pastelería en no sé qué pueblo. Insiste en que cojamos varias. Qué amable. Y qué buenas están, coño. Un vaso de leche ahora mismo y sería feliz. Si estuviera aquí Prosopopeyo se liaría a hablar con ellos, fijo. A mí me dan ganas de hacerme la foto con Diego Márquez. Por cierto, parece que se le está apagando el enardecimiento porque le veo temblar un poco.

En la Basílica, la tumba de José Antonio, el verdadero homenajeado de esta gente, está llena de ramas de algo, parece olivo, pero sin flores, un par de coronas y un folio con un poema.

06 - 2005-11-20 - Homenaje a José Antonio

Doy la vuelta a ver la del Generalito, que incluso tiene algunas velas.

07 - 2005-11-20 - Homenaje a José Antonio

No hay más de cuarenta personas incluído un grupo de turistas extranjeros. Como siempre que vengo, no entiendo cómo alguien pudo querer pasar la Eternidad aquí. Hoy también me pregunto si el lapo que eché sobre la lápida de Franco hace años seguirá ahí, solidificado. Oye, que era un pollo con gargajo incluído, ¿eh?, un señor pollo.

Salimos camino del coche y vemos al señor mayor del principio a punto de entrar en una furgoneta. Ya no va en mangas de camisa sino que se ha puesto una chaqueta muy gruesa. No hay fervor patriótico que valga ante el frío de Guadarrama. Se está despidiendo del muchacho que le sujetaba el micro y se dan palmaditas mutuamente por lo bien que lo han hecho. Me entretengo sacando un cigarro para pegar la oreja. El chico dice que "ha estado muy bien, ha habido como tres veces más que el año pasado. Se nota que el aniversario...".

¿Tres veces más? ¿El año pasado hubo un tercio de lo que se ve en estas fotos? ¿Quiénes estaban: los guardias civiles, los funcionarios de Patrimonio Nacional, Diego Márquez y diez turistas? Joder, qué pena da todo. No me puedo creer que me esté dando pena.

Al llegar a Madrid decido pasar por Nuevos Ministerios a ver el pedestal donde estaba la estatua del Generalito Patascortas. Supongo que esta vez, entre esa afrenta y el 30º aniversario, se habrán acercado por aquí. Son las 15:30 horas y esto es todo lo que hay:

11 - 2005-11-20 - Homenaje a José Antonio

Desolador.

Entradas populares de este blog

Comparar a Dios con un gallego

Felipe follando con Letizia

Ivan Istochnikov, perdido como Íker Jiménez