El 7 de noviembre de 2001 ETA intentó asesinar en Madrid a un alto cargo del Ministerio de Ciencia y Tecnología con un coche bomba que explotó al paso de su coche oficial. Hubo 95 heridos, 89 leves y seis algo más serios. La peor parada fue una chica británica de 26 años que perdió un ojo por culpa de la metralla. Lo que más se recuerda de este atentado es que hubo un ciudadano que vio salir zumbando a dos tipos en un Ford Scort blanco y que tuvo los cojones de perseguirlos mientras hablaba con la Policía por el móvil. Gracias a este señor, que por seguridad nunca fue identificado, se pudo detener a Aitor García Aliaga y Ana Belén Egüés Gurruchaga . Gracias a él y a la Policía Nacional, claro, cuyo despliegue estuvo coordinado por Luis Alberto Rubio Sánchez, conductor jefe superior del Cuerpo Nacional de Policía, condecorado por este dispositivo en 2003 con la Cruz al Mérito Policial con distintivo blanco. En más de 25 años de servicio ha recibido varias felicitaciones por su trabajo y