Vsss para Luis Alberto

El 7 de noviembre de 2001 ETA intentó asesinar en Madrid a un alto cargo del Ministerio de Ciencia y Tecnología con un coche bomba que explotó al paso de su coche oficial. Hubo 95 heridos, 89 leves y seis algo más serios. La peor parada fue una chica británica de 26 años que perdió un ojo por culpa de la metralla.

Lo que más se recuerda de este atentado es que hubo un ciudadano que vio salir zumbando a dos tipos en un Ford Scort blanco y que tuvo los cojones de perseguirlos mientras hablaba con la Policía por el móvil. Gracias a este señor, que por seguridad nunca fue identificado, se pudo detener a Aitor García Aliaga y Ana Belén Egüés Gurruchaga. Gracias a él y a la Policía Nacional, claro, cuyo despliegue estuvo coordinado por Luis Alberto Rubio Sánchez, conductor jefe superior del Cuerpo Nacional de Policía, condecorado por este dispositivo en 2003 con la Cruz al Mérito Policial con distintivo blanco. En más de 25 años de servicio ha recibido varias felicitaciones por su trabajo y ni una sola nota negativa.

Luis Alberto Rubio SanchezEn esta foto le vemos con su otro uniforme habitual, el de motero. Porque Luis Alberto es vicepresidente de los Caballeros Azules, un club de motoristas. Conduce lo que él llama "un bus", una Honda Goldwing. Sus amigos aseguran que jamás ha perdido ni un solo punto del carné por exceso de velocidad y que siempre se mueve dentro del límite, que es afable, responsable y serio. Tiene 48 años, está casado y tiene dos hijos, uno de los cuales ha seguido sus pasos y ya ha ingresado en el cuerpo.

A mediados de enero se celebró una concentración de Pingüinos, la reunión motera más importante de España, y Luis Alberto fue para allá un año más con su Goldwing. Al volver tuvo un accidente. A la altura del Km. 84,200 de la AP-6 y siempre dentro de la velocidad establecida, Luis Alberto se cayó con la moto y chocó con uno de los temidos guardarraíles. Pero tuvo suerte, porque no era uno de los guardarraíles viejos, esos que te amputaban las manos o las piernas, sino uno de los nuevos, esos que la DGT dice que no hacen daño.

No sé si le haría daño o no pero le cortó el cuerpo por la mitad. Le recogieron con dos camillas. Dicen que fue un corte tan limpio que ni siquiera quedó sangre en el guardarraíl. Su hijo estaba presente.

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