Mirad qué bonita historia y qué mal escribe la Guardia Civil: Dos agentes de la Guardia Civil actúan de comadrones de un parto en plena calle . Coño, qué bonito. Ese Nissan con las puertas abiertas y las luces girando, los agentes arrodillados con las camisas remangadas, las guerreras a modo de sábana bajo la parturienta, los tricornios a un lado, la gente del pueblo haciendo corro, el marido emocionado dando ánimos a su señora, un agente recibiendo instrucciones por teléfono y el otro entre las piernas de la parturienta: CABO (con el teléfono): Sí... Sí... Ajá, entendido, ahora se lo digo. Muy bien, ¡empuje! NÚMERO: A la orden, mi cabo. ¡Hala, p'adentro! CABO: Tú no, idiota, la madre. Y ese niño que va saliendo, esos cordones de zapatos reglamentarios pinzando el cordón umbilical (pagaría lo que fuese por esa foto), ese hostión benemérito al niño para que sepa de qué va este mundo, esa madre agradecida, exhausta, el pueblo rompiendo en aplausos... Es como "El Comisario"