Crónica de un despido anunciado (I)

Yo trabajaba para una consultoría, vulgo ETT de luxe, y estaba destinado en un organismo semipúblico. Pongamos que la ETT se llama InfoForlayo y que el organismo se llama OCM, Organismo Come-Mierda. Dentro del OCM estaba en un Centro de Soporte Técnico, vulgo call-center, del Dpto. Tupymorgan dando soporte informático de hardware y software a funcionarios. ¿Nos situamos? Bien.

El OCM va a ser privatizado y a la plantilla este futuro no les hace ni puta gracia. Ahora son personal laboral fijo y lo que quieren es convertirse en funcionarios. Lo llevan crudo y lo saben. Y saben que la empresa que les compre lo primero que hará es contratar a todos los subcontratados de InfoForlayo, Filostros Technologies, Sombrajo Solutions y demás o bien los mantendrá subcontratados con su propia ETT, como hace Telefónica con Atento. Y lo segundo será "maximizar la rentabilidad", o sea, ver quién sabe trabajar y quién no y despedir a los últimos. Y eso es lo que temen los pseudofuncionarios del OCM de departamentos como el Tupymorgan.

Durante años han cogido todos los vicios del funcionario sin serlo: trabajan poco, mal, desganados, sin iniciativa ni ganas de aprender. Y saben que cualquier empleado de InfoForlayo trabaja diez veces más y mejor que ellos. Y con ganas, puesto que nosotros hemos bregado antes en trabajos mucho peores. Y quien más quien menos tenemos mil veces más conocimientos que los del OCM.

Si usted fuese el dueño de la empresa que compre el OCM, ¿con quién se quedaría?

Somos un peligro, están puteados y son, cómo decirlo, intrínsecamente funcionarios en el peor sentido de la palabra, no sé si me explico. Así que cada dos por tres con o sin motivo nuestros "compañeros" del Dpto. Tupymorgan se quejan abiertamente de lo mal que trabajamos. Pero sin disimulo, ¿eh?, charlando tranquilamente en la mesa de uno mientras nosotros estamos al lado.

Y si esas quejas llegan a uno de los pijoskis que dirigen ahora el OCM la hemos cagado, porque esos pijoskis deben tener como principal obligación el conseguir que el OCM valga lo menos posible a la hora de venderlo. Quizá por eso a finales del 2004 recortaron la plantilla subcontratada de InfoForlayo en unas quice personas (no sé cómo les fue a las demás consultoras) y según me han soplado volverán a hacerlo en breve, cosa que aún no saben muchas consultoras. Para los pijoskis cuantas más quejas mejor, y en cuanto hay una no tardan ni dos minutos en llamar a mi jefe de InfoForlayo. Y otros dos minutos después, ya está éste repartiendo collejas.

Mi jefe en InfoForlayo era G.G. (Gran Gumias), un tipo capaz de jujanearte 10 € de una nómina de 780 con una mano mientras con la otra firma la compra de un BMW deportivo de más de seis millones de pesetas. Literalmente hablando.

En nuestra nómina había un concepto de "Plus convenido", un pequeño añadido que G.G. asignaba a cada empleado a discreción, basándose en su rendimiento, disposición, habilidades mamatorias o yo qué sé. A comienzos de este año, a la vez que nos aplicaban la subida salarial, nos rebajaban a todos el "Plus convenido", con lo que al final seguíamos ganando lo mismo, una chufa. Algunos incluso menos que antes. ¡Eh, pero todo perfectamente legal, que quede claro! Supongo que esta forma de evitarle gastos a InfoForlayo tendría su contraprestación para G.G., un radio-CD para el BMW o algo así.

De todas formas, a G.G. se la suda todo. El BMW no se lo ha pagado InfoForlayo sino un negocio inmobiliario que tiene aparte. Eso es lo que le da la verdadera pasta; InfoForlayo sólo le garantiza una jubilación.

Abundando en el sudor, a G.G. lo que le importa es que el OCM esté contento, al menos contento con él, que la gente que él ficha para el Dpto. Tupymorgan trabaje bien, no se quejen de nada ni causen problemas. A G.G. se la suda si la queja contra ti tiene o no fundamento. No se va a molestar en defenderte; G.G. te arrea una primera colleja, una segunda y a la tercera pide a InfoForlayo que te sustituyan.

Mientras, tú puedes pedir catorce veces el cambio de destino o un curso de los que te prometió InfoForlayo al contratarte. No hay cambio de destino porque no y no hay cursos "porque los requerimientos del cliente no permiten que faltes durante una semana". Al menos es un motivo. Da igual si se trata de un curso fuera del horario laboral que sólo te exigiría faltar una hora de tu trabajo y en el momento de menos volumen de llamadas: va a ser que no.

Así que estás atrapado, rodeado de "compañeros" enemigos que no te quieren ahí, en una empresa para la que eres un recurso más, como un PC, perfectamente sustituible por otro, haciendo un trabajo muy por debajo del que podrías hacer y horriblemente repetitivo, intentando que tu empresa te eche un cable y te cambie de destino antes de que todo explote y recibiendo sólo collejas, advertencias y terribles presagios de futuros inciertos.

Vamos, lo normal.

Entradas populares de este blog

Comparar a Dios con un gallego

Felipe follando con Letizia

Ivan Istochnikov, perdido como Íker Jiménez