Spanish Solutions, SA (9)
SECRETARIO: Eminencia, está aquí el escultor para la estatua del Padre Damián, que viene a mostrarle el boceto.
EMINENCIA: Oh, maravilloso, que pase, que pase.
Por la puerta del despacho asoma la cabeza del ESCULTOR, de unos 30 años y aspecto un tanto desaliñado. Bajo el brazo lleva una carpeta de considerable tamaño.
ESCULTOR: Con permiso...
EMINENCIA: (acudiendo a su encuentro) ¡Adelante, joven, pase usted!
El ESCULTOR da un par de pasos pero se detiene apabullado por la magnificencia del despacho. Su EMINENCIA avanza hacia él con la mano tendida. El ESCULTOR, confuso, hace una reverencia y le besa el anillo.
ESCULTOR: Eh... Ave María Purísima.
EMINENCIA: ¿Qué? ¡Oh, sí! (Estalla en una carcajada) Sí, hombre, sí. Sin pecado concebida y eso. Anda, relájate, que se ve que no has pisado una iglesia más que para dibujarla. Y nada de Eminencia; llámame Eminem.
ESCULTOR: ¿E... Eminem?
EMINENCIA: (Carcajeándose) ¡Que te estoy tomando el pelo, hombre! Venga, sentémonos aquí y a ver qué me traes. ¿Recibiste toda la información?
ESCULTOR: Eh, sí, señor. Biografías, fichas, fotos... También fui a varias bibliotecas y páginas webs. Me he informado mucho.
EMINENCIA: Espléndido, espléndido. Estamos muy ilusionados con este encargo, ¿sabes? Pondremos tu trabajo en el jardín, a la entrada, así que será la primera imagen de la revista Reinado Social que tengan nuestros visitantes. Por eso es muy importante que recoja los grandes valores cristianos que hicieron beato -y espero que muy pronto santo- al Padre Damián, los mismos valores cristianos que queremos para nuestra revista.
ESCULTOR: Solidaridad, abnegación, deber, sacrificio...
EMINENCIA: Sí, muy bien, muy bien... A ver, ¿qué has pensado?
ESCULTOR: Pues verá. Como lo más destacado del Padre Damián fue su apoyo a los leprosos de la isla de Molokai, que incluso llegó a contagiarse y morir de lepra, he querido resaltar ese espíritu de sacrificio absoluto, de entrega total. Por eso, he tomado como modelo algunas de las últimas imágenes del Padre Damián. Vea.
El ESCULTOR saca una lámina de la carpeta y se la tiende. Su EMINENCIA saca unas gafas, frota un poco los cristales contra la manga de su hábito y se las pone. Mira el dibujo y abre los ojos como platos.
EMINENCIA: ¡Co-ñó!
ESCULTOR: Je... Gracias.
EMINENCIA: Esto es... es... No sé qué decir.
ESCULTOR: Bueno, la intención es que fuese impresionante.
EMINENCIA: Oh, sí, impresionar impresiona un rato. ¿Esto es... una llaga?
ESCULTOR: ¿El qué? Ah, sí, es una llaga. Y eso también. Y eso y eso.
EMINENCIA: Cua-cuatro llagas.
ESCULTOR: En el lado izquierdo. Aquí tengo el perfil derecho.
Le tiende un segundo boceto. Su EMINENCIA lo mira y se atraganta.
EMINENCIA: ¡Por los clavos de Cristo! ¿Qué le pasa a esta oreja?
ESCULTOR: Que se le ha caído. Por la lepra. Igual que la aleta de la nariz.
EMINENCIA: Madre del amor hermoso...
ESCULTOR: Sí, es una enfermedad terrible. Por eso es tan admirable su dedicación a los leprosos. Y por eso he intentado que fuese lo más realista posible. Fíjese en las llagas de las manos y el deterioro de las uñas.
EMINENCIA: Me... me fijo, me fijo. Y esa expresión...
ESCULTOR: Sí, he intentado que fuese una mezcla entre el dolor desgarrador y la decidida sumisión a la voluntad de Dios.
EMINENCIA: Y las encías...
ESCULTOR: Me alegro de que se fije. Le pedí fotos a un amigo dentista. Me fueron muy útiles para recrear la putrefacción y la sangre.
Su EMINENCIA se está mareando. Le devuelve los bocetos al ESCULTOR y se levanta del sofá quitándose las gafas y sacando un pañuelo para secarse el sudor.
EMINENCIA: Hijo, sin duda es un trabajo... impactante.
ESCULTOR: Muchas gracias.
EMINENCIA: Sin embargo... Bueno, quizá no es exactamente en lo que estábamos pensando. Verás, en esta revista y en la congregación de los Sagrados Corazones sentimos mucho cariño por la figura del Padre Damián, ¿sabes? Y... Bueno... Nos gustaría que la gente asociase su imagen a... a... ¡a Cristo!
ESCULTOR: Es justamente lo que intentaba. A Cristo siempre se le representa crucificado, ¿no?
EMINENCIA: Sí, bueno, pero no a ese Cristo, al otro.
ESCULTOR: ¿El otro Cristo?
EMINENCIA: Sí, el que se imagina la gente, el Cristo amigo, un padre, un ser que te ama, te protege, te reconforta. ¡Esa es la imagen que queremos para el Padre Damián!
ESCULTOR: Para serle sincero, yo siempre me lo imagino como el de la peli La Pasión, con la cara y el cuerpo lleno de sangre, la piel arrancada a latigazos y...
EMINENCIA: ¡Que no, joder, que no! ¡Olvídate de eso ya! Queremos una imagen que inspire amor, ternura, que invite a entrar en el edificio, ¡no que provoque arcadas a los visitantes!
ESCULTOR: Pero, Eminencia, la imagen clásica del cristianismo son las crucifixiones, los mártires, el sacrifico...
EMINENCIA: ¡A la mierda con todo eso! ¡Quiero una imagen actual! ¡Quiero un Padre Damián agradable, dulce, cariñoso!
ESCULTOR: ¿Y... y la lepra?
EMINENCIA: ¡Nada de lepra! ¡Ni llagas, ni encías putrefactas, ni sangre! ¡Y quiero las dos orejas!
ESCULTOR: B-bueno... Supongo que podría representarlo a su llegada a la isla de Molokai, antes de contraer la enfermedad.
EMINENCIA: Eeeeso es, un Padre Damián joven, guapo, decidido... Como un Indiana Jones del Evangelio.
ESCULTOR: Sí, sí... Mmmm, podría ser la imagen de la felicidad, de la redención por el amor a Dios...
EMINENCIA: Eso es, eso es...
ESCULTOR: ... en medio del horror, la degradación y los estragos de la lepra, representados por varios enfermos a sus pies.
EMINENCIA: ¡¡Que no, joder, que nada de leprosos!!
ESCULTOR: ¿Nada de lepros...?
EMINENCIA: ¡Nada de leprosos, cojones! ¡Ni leprosos, ni horror ni hostias en vinagre! ¡Un niño!
ESCULTOR: ¿Un niño?
EMINENCIA: ¡Un... un molokaíno de esos o como leches se diga! ¡Un niño hawaiano, con pelito rizado y taparrabos! Hala, listo. Me haces un Padre Damián joven y evangelizador y un niño hawaiano. ¡Y sano! Y que todo dé una imagen moderna de la Iglesia Católica.
ESCULTOR: Moderna...
EMINENCIA: Eso es, a hacer puñetas el sacrificio, el dolor y el gore. Quiero que muestres la imagen actual. ¿Entendido?
ESCULTOR: Entendido, Eminencia. Padre Damián joven, niño hawaiano e imagen actual de la Iglesia Católica.
EMINENCIA: Pues hale, aire y a trabajar.
Esta estatua está en el jardín del edificio de la revista Reinado Social, en el número 2 de la calle Padre Damián de Madrid. Y sí que recoge la imagen actual de la Iglesia Católica.
EMINENCIA: Oh, maravilloso, que pase, que pase.
Por la puerta del despacho asoma la cabeza del ESCULTOR, de unos 30 años y aspecto un tanto desaliñado. Bajo el brazo lleva una carpeta de considerable tamaño.
ESCULTOR: Con permiso...
EMINENCIA: (acudiendo a su encuentro) ¡Adelante, joven, pase usted!
El ESCULTOR da un par de pasos pero se detiene apabullado por la magnificencia del despacho. Su EMINENCIA avanza hacia él con la mano tendida. El ESCULTOR, confuso, hace una reverencia y le besa el anillo.
ESCULTOR: Eh... Ave María Purísima.
EMINENCIA: ¿Qué? ¡Oh, sí! (Estalla en una carcajada) Sí, hombre, sí. Sin pecado concebida y eso. Anda, relájate, que se ve que no has pisado una iglesia más que para dibujarla. Y nada de Eminencia; llámame Eminem.
ESCULTOR: ¿E... Eminem?
EMINENCIA: (Carcajeándose) ¡Que te estoy tomando el pelo, hombre! Venga, sentémonos aquí y a ver qué me traes. ¿Recibiste toda la información?
ESCULTOR: Eh, sí, señor. Biografías, fichas, fotos... También fui a varias bibliotecas y páginas webs. Me he informado mucho.
EMINENCIA: Espléndido, espléndido. Estamos muy ilusionados con este encargo, ¿sabes? Pondremos tu trabajo en el jardín, a la entrada, así que será la primera imagen de la revista Reinado Social que tengan nuestros visitantes. Por eso es muy importante que recoja los grandes valores cristianos que hicieron beato -y espero que muy pronto santo- al Padre Damián, los mismos valores cristianos que queremos para nuestra revista.
ESCULTOR: Solidaridad, abnegación, deber, sacrificio...
EMINENCIA: Sí, muy bien, muy bien... A ver, ¿qué has pensado?
ESCULTOR: Pues verá. Como lo más destacado del Padre Damián fue su apoyo a los leprosos de la isla de Molokai, que incluso llegó a contagiarse y morir de lepra, he querido resaltar ese espíritu de sacrificio absoluto, de entrega total. Por eso, he tomado como modelo algunas de las últimas imágenes del Padre Damián. Vea.
El ESCULTOR saca una lámina de la carpeta y se la tiende. Su EMINENCIA saca unas gafas, frota un poco los cristales contra la manga de su hábito y se las pone. Mira el dibujo y abre los ojos como platos.
EMINENCIA: ¡Co-ñó!
ESCULTOR: Je... Gracias.
EMINENCIA: Esto es... es... No sé qué decir.
ESCULTOR: Bueno, la intención es que fuese impresionante.
EMINENCIA: Oh, sí, impresionar impresiona un rato. ¿Esto es... una llaga?
ESCULTOR: ¿El qué? Ah, sí, es una llaga. Y eso también. Y eso y eso.
EMINENCIA: Cua-cuatro llagas.
ESCULTOR: En el lado izquierdo. Aquí tengo el perfil derecho.
Le tiende un segundo boceto. Su EMINENCIA lo mira y se atraganta.
EMINENCIA: ¡Por los clavos de Cristo! ¿Qué le pasa a esta oreja?
ESCULTOR: Que se le ha caído. Por la lepra. Igual que la aleta de la nariz.
EMINENCIA: Madre del amor hermoso...
ESCULTOR: Sí, es una enfermedad terrible. Por eso es tan admirable su dedicación a los leprosos. Y por eso he intentado que fuese lo más realista posible. Fíjese en las llagas de las manos y el deterioro de las uñas.
EMINENCIA: Me... me fijo, me fijo. Y esa expresión...
ESCULTOR: Sí, he intentado que fuese una mezcla entre el dolor desgarrador y la decidida sumisión a la voluntad de Dios.
EMINENCIA: Y las encías...
ESCULTOR: Me alegro de que se fije. Le pedí fotos a un amigo dentista. Me fueron muy útiles para recrear la putrefacción y la sangre.
Su EMINENCIA se está mareando. Le devuelve los bocetos al ESCULTOR y se levanta del sofá quitándose las gafas y sacando un pañuelo para secarse el sudor.
EMINENCIA: Hijo, sin duda es un trabajo... impactante.
ESCULTOR: Muchas gracias.
EMINENCIA: Sin embargo... Bueno, quizá no es exactamente en lo que estábamos pensando. Verás, en esta revista y en la congregación de los Sagrados Corazones sentimos mucho cariño por la figura del Padre Damián, ¿sabes? Y... Bueno... Nos gustaría que la gente asociase su imagen a... a... ¡a Cristo!
ESCULTOR: Es justamente lo que intentaba. A Cristo siempre se le representa crucificado, ¿no?
EMINENCIA: Sí, bueno, pero no a ese Cristo, al otro.
ESCULTOR: ¿El otro Cristo?
EMINENCIA: Sí, el que se imagina la gente, el Cristo amigo, un padre, un ser que te ama, te protege, te reconforta. ¡Esa es la imagen que queremos para el Padre Damián!
ESCULTOR: Para serle sincero, yo siempre me lo imagino como el de la peli La Pasión, con la cara y el cuerpo lleno de sangre, la piel arrancada a latigazos y...
EMINENCIA: ¡Que no, joder, que no! ¡Olvídate de eso ya! Queremos una imagen que inspire amor, ternura, que invite a entrar en el edificio, ¡no que provoque arcadas a los visitantes!
ESCULTOR: Pero, Eminencia, la imagen clásica del cristianismo son las crucifixiones, los mártires, el sacrifico...
EMINENCIA: ¡A la mierda con todo eso! ¡Quiero una imagen actual! ¡Quiero un Padre Damián agradable, dulce, cariñoso!
ESCULTOR: ¿Y... y la lepra?
EMINENCIA: ¡Nada de lepra! ¡Ni llagas, ni encías putrefactas, ni sangre! ¡Y quiero las dos orejas!
ESCULTOR: B-bueno... Supongo que podría representarlo a su llegada a la isla de Molokai, antes de contraer la enfermedad.
EMINENCIA: Eeeeso es, un Padre Damián joven, guapo, decidido... Como un Indiana Jones del Evangelio.
ESCULTOR: Sí, sí... Mmmm, podría ser la imagen de la felicidad, de la redención por el amor a Dios...
EMINENCIA: Eso es, eso es...
ESCULTOR: ... en medio del horror, la degradación y los estragos de la lepra, representados por varios enfermos a sus pies.
EMINENCIA: ¡¡Que no, joder, que nada de leprosos!!
ESCULTOR: ¿Nada de lepros...?
EMINENCIA: ¡Nada de leprosos, cojones! ¡Ni leprosos, ni horror ni hostias en vinagre! ¡Un niño!
ESCULTOR: ¿Un niño?
EMINENCIA: ¡Un... un molokaíno de esos o como leches se diga! ¡Un niño hawaiano, con pelito rizado y taparrabos! Hala, listo. Me haces un Padre Damián joven y evangelizador y un niño hawaiano. ¡Y sano! Y que todo dé una imagen moderna de la Iglesia Católica.
ESCULTOR: Moderna...
EMINENCIA: Eso es, a hacer puñetas el sacrificio, el dolor y el gore. Quiero que muestres la imagen actual. ¿Entendido?
ESCULTOR: Entendido, Eminencia. Padre Damián joven, niño hawaiano e imagen actual de la Iglesia Católica.
EMINENCIA: Pues hale, aire y a trabajar.
Esta estatua está en el jardín del edificio de la revista Reinado Social, en el número 2 de la calle Padre Damián de Madrid. Y sí que recoge la imagen actual de la Iglesia Católica.